miércoles, 27 de abril de 2016

Capa de Ozono

¿QUÉ ES LA CAPA DE OZONO?

Para comprender lo que es la capa de ozono y sus propiedades primero debemos de saber que es el ozono, es una molécula de oxígeno pero, que a diferencia del oxígeno que respiramos (O2), en el ozono se encuentran unidos tres átomos formando O3. Esta aparente insignificante diferencia los hace muy distintos: para comenzar el O2 no tiene olor ni color; el O3 es de color azul, un olor muy fuerte que hasta llega a ser nocivo para la salud. Pero es malo para la salud si está en la troposfera, en la estratosfera es primordial para la vida en la Tierra.

Ahora que ya tenemos una noción básica del ozono, ¿qué es la capa de ozono? Se llama así porque tiene una gran cantidad de moléculas de ozono que se acumulan en la capa de la atmósfera llamada estratosfera (10 km – 50 km) y juntas actúan como defensa de la Tierra para algunos rayos solares. Por esto es que es tan importante para nosotros.

¿Cómo nos defiende de algo que no vemos? El sol emite rayos ultravioletas (UV) que se suelen dividir en tres grupos: UV-A, UV-B y UV-C. El ozono permite el paso de los UV-A e impide el de los UVC, pero lo más importante es que limita la entrada de gran parte de los rayos UV-B, que son perjudiciales para la vida.

El O3 está continuamente construyéndose y destruyéndose por causa de los rayos UV –lo que es conocido como el ciclo del ozono- y esto es absolutamente normal. Los niveles de ozono suben y bajan pero siempre dentro de un rango normal. Lo bueno de esto es que el rayo UV que se utiliza para
crear el O3 a partir de O2, y viceversa, no llega a la superficie de la Tierra porque queda "preso".

¿POR QUÉ SE HA CONVERTIDO EN UN PROBLEMA AMBIENTAL?

Hasta ahora hemos estado hablando de un proceso natural que es buenísimo para la vida. Pero existe un problema que se conoce como reducción de la capa de ozono y que puede tener consecuencias muy graves para nuestro planeta y por supuesto para nosotros. Los científicos han detectado variaciones en la cantidad de ozono que van más allá de los cambios naturales y que tienen su origen en la actividad del hombre.

Sucede que hace más de 50 años comenzamos a utilizar algunas sustancias químicas que destruyen el ozono y están haciendo que el escudo del que hablábamos se esté debilitando. Estamos hablando de los CFCs (clorofluorocarbonos), que se utilizan para muchísimas cosas, y otros compuestos que afectan a nuestro escudo como el cloro o el tetracloruro de carbono. O uno de los más comunes son los halones que se utilizan para apagar el fuego. Lo que sucede es que estas sustancias son muy estables por lo que son desperdigadas por el viento y llegan a la estratosfera. Mientras que estas moléculas no se rompen no pasa nada, pero cuando se encuentran con los rayos UV se rompen y es ahí donde empieza el problema. Al partirse liberan cloro (Cl) o bromo (Br) atómico -dependiendo de la sustancia- y estos son los que destruyen el ozono. Para los CFCs, halones y demás compuestos no hay mecanismos de limpieza naturales en la troposfera por lo que gradualmente llegan a la capa de ozono.

El cloro y el bromo rompen las moléculas de O3 y, si bien se sigue produciendo ozono naturalmente en la estratosfera, es más la cantidad que se destruye que la que se construye. Y es así como vamos perdiendo este poderoso escudo que nos protege de los rayos UV-B (a menor cantidad de ozono, menor protección).

Aunque se emiten estos gases por toda la tierra donde el adelgazamiento es mayor es en la Antártida, donde se han llegado a registrar disminuciones de hasta el 60% en la cantidad de ozono. Si tenemos en cuenta que por cada 1% menos de ozono hay un 2% más de incidencia de los rayos UV-B sobre la superficie de la tierra, nos damos cuenta que el problema es muy serio.


¿CUÁLES SON LAS CONSECUENCIAS?
Como ya sabemos, menos ozono significa menos protección contra los rayos UV – especialmente los UV-B. Es por esto que si se le da la vuelta al adelgazamiento de la capa de ozono, la superficie terrestre estará expuesta a niveles cada vez mayores de estos rayos. Lo que supondrían que los rayos UV hagan de las suyas, pues básicamente destruyen/modifican del ADN.
El ADN son moléculas muy grandes y complejas que se necesitan para la reproducción de los seres vivos. Sin ellas sería imposible la vida. Ahora bien, sabemos de sobra que las moléculas son átomos unidos por enlaces. Lo que hacen los rayos UV-B es romper esos enlaces, y no hace falta ser ningún genio para saber que este problema es muy grave.
Por una parte están las consecuencias de los UV-B para los seres humanos, que son las más conocidas popularmente, como por ejemplo el cáncer de piel, melanomas, cataratas en los ojos y otras afecciones oculares y disminuciones en el sistema inmunológico.

Por otra parte está el problema de los efectos que causan en las plantas. Los rayos ultravioleta alteran los procesos fisiológicos y de desarrollo por lo que es perjudicial para su supervivencia. Si consideramos que todos los ecosistemas dependen de las plantas nos daremos cuenta de la gravedad de este daño. Pero incluso teniendo un punto de vista antropocéntrico pensamos en la gran cantidad de personas que dependen de las cosechas para tener alimento y dinero, y no nos damos cuenta de que esta situación hay que solucionarla con urgencia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario